viernes, 27 de junio de 2008

Greenpeace reclama a la CBI protección para las ballenas, no para balleneros


24 junio 2008

Greenpeace ha demandado a la CBI que actúe inmediatamente para reducir las amenazas reales que afectan a los cetáceos y que están llevando a la especie a una situación límite.

A la persecución de los países que siguen promoviendo la caza hay que añadir la cada vez mayor presión humana en forma de contaminación química y acústica-como el uso de sónares-, la colisión con barcos, el cambio climático o la captura accidental con artes de pesca.

La organización ecologista ha denunciado que mientras los asistentes a la CBI pierden el tiempo discutiendo sobre cuotas de pesca de cetáceos -actividad que debería estar totalmente prohibida salvo cuando se trate de caza aborigen-, tan sólo la captura accidental mata 300 mil ballenas y delfines cada año (una cada 90 segundos).

“La CBI debe transformarse en un órgano de gestión que trabaje para y por las ballenas, no para la industria ballenera. Las ballenas ya tienen suficientes amenazas cómo para permitir en un futuro próximo su caza. Los Gobiernos reunidos en Chile deben aprovechar la oportunidad y transformar a la obsoleta CBI para que lidere la conservación de nuestros océanos”, dijo Karen Sack, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace Internacional.

Greenpeace ha solicitado también al gobierno japonés que anuncie el fin de la llamada “caza científica” en el Santuario Ballenero Austral que acaba con cerca de mil ejemplares cada temporada. Japón debería abandonar esta persecución sin sentido y desarrollar sus estudios científicos sin matar a estos animales.

“Es obvio que hoy en día no hay excusa para la caza ballenera. Japón, miembro de la CBI, debería usar las herramientas y tecnologías disponibles en la actualidad, para contribuir al estudio científico de estos animales sin causarles ningún daño. El verdadero reto científico está en estudiar, entender y proteger la Antártida”, continuó Sack.

Por su parte, Wakao Hanaoka, responsable de Greenpeace en Japón, ha afirmado que este país “se encuentra en un momento único para cesar en su intento de acabar con la moratoria sobre la caza comercial de ballenas. Las tres principales compañías pesqueras de este país han reconocido esta semana que ya no hay mercado para la carne de cetáceos y que aunque se interrumpiera la moratoria, no tendrían ningún interés en su caza”.

Piden libertad de activistas japoneses durante la CBI

Los jóvenes "Defensores de los Océanos" de Chile se sumaron al llamado de decenas de miles de personas en todo el mundo para que el gobierno de Japón ponga en libertad a los dos activistas de Greenpeace que están actualmente detenidos sin cargos en Tokio (1), tras exponer un fraude de robo de carne de ballena (2) dentro del programa japonés de caza en el Océano Austral.

Los activistas japoneses Junichi Sato y Toru Suzuki fueron arrestados en Tokio el pasado viernes durante una fuerte operación policiaca en donde hubo allanamiento de las oficinas de Greenpeace en Japón, y de hogares de personal de Greenpeace.

Ambos activistas ya se habían presentado ante la policía anteriormente y habían presentado declaraciones por escrito acerca de la forma en que fueron obtenidas las pruebas del robo de carne de ballena, entre ellas, una caja de carne de ballena disfrazada como artículo personal de un miembro de la tripulación del buque factoría, Nisshin Maru.

"Es terrible que la delegación de Japón este asistiendo a una reunión de la CBI destinada a sanar la división dentro de la organización, mientras que el gobierno japonés retiene a Junichi y Toru, en custodia tras exponer el robo de carne de ballena y la corrupción en la industria de la caza de ballenas. Japón debe poner fin inmediatamente al pseudo programa científico en el Santuario Ballenero Austral, si es que quiere mantener la credibilidad internacional” dijo Karen Sack, la coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace International.

El caso de los dos activistas, Junichi Sato y Toru Suzuki ha llamado la atención global. En los últimos cuatro días, cerca de 100 mil personas mandaron cartas de protesta al primer ministro Yasuo Fukuda y al Ministro de Relaciones Exteriores, Masahiko Koumura, para solicitar la liberación inmediata de los activistas a través de embajadas en 28 países.

— Greenpeace


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